martes, 2 de septiembre de 2008

El individuo creático

Para ser creático no tienes que preocuparte por ser creativo porque ya eres creativo, solo falta que redirecciones tu energía creativa a proyectos responsables y eso es facil si tienes en cuenta las siguientes consideraciones:

1. El individuo creático cree en algo.
Ya sea en Dios, en el arte, en la naturaleza o en tí mismo, aquello en lo que crees es el punto de partida para reconocer tu potencial creático.
¿En que crees?

2. El individuo creático tiene fe, no esperanza.
La fe es certeza absoluta, entrega sin miedo, reconocimiento pleno de que tenemos destinadas solo cosas buenas.
La esperanza es solo una posibilidad abierta, y por lo general implica postergación. La fe es plena, infinita, absoluta, la esperanza es frágil, puede entramparte.
¿Tienes fe o esperanza.?

3. El individuo creático acepta la perfeccion.
El entorno que nos envuelve, la colectividad, es perfecta así como es, no viniste a transformarle radicalmente, estás aquí para colaborar y ser lo que eres a partir de la aceptación de tu propia perfección. En la dimensión en la que vivimos, que no es angélica ni diabólica, sino terrenal, las cosas, así como son, son perfectas pero perfectibles.
¿Aceptas que eres perfecto pero perfectible?

4. El individuo creático trabaja en encontrar su misión y su obra.
Lo que llamas tus defectos y lo que asumes como tus virtudes son relativos, ambos tienen potencial creático y forman parte de tu ser perfecto en esta dimensión. Tus defectos son virtudes potenciales y tus virtudes pueden ser defectos circunstanciales. Si aceptas que eres perfecto así como eres, inicias un sentimiento de amor y respeto por tí y por todo lo que hagas, si te amas incondicionalmente y sin expectativas, si tienes fe, no tendrás miedo en conectarte con tu interior autenticamente y podrás dialogar con él y aceptarlo todo. No tendrás miedo a descubrir los mensajes y las verdades que surgen de tu interior auténtico.
En ese trabajo de interiorización sincera e integración de todo lo que eres, surge tu camino.
Lo que viniste a perfeccionar en esta perfección es tu misión.
La forma en que escoges hacerlo es tu obra.


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